domingo, 16 de marzo de 2014

Capítulo 4

ANA

Oigo voces y golpes al otro lado de la puerta mientras espero nerviosa, sin dejar de dar golpecitos con la punta de mi pie derecho al primero de los escalones de la casa. Al fin la puerta se abre y aparece una Rydel colorada y con cara de pocos amigos.
-Ho-Hola. - saludo.
-Pasa – contesta con sequedad.
Cruzo la puerta y aparezco en un rellano de mueves blancos y paredes color miel. Sin decir una palabra, Rydel comienza a subir las escaleras y yo me limito a seguirla. La planta de arriba consta de un pasillo con numerosas puertas. Rydel llega a la puerta de madera blanca que hay al final de esta, la abre y pasa.
La habitación de mi compañera de trabajo es rosa con muebles de madera blanca a juego con lo del resto de la casa. Aún quedan detalles de su infancia, como varios peluches sobre la cama y una tablón de corcho lleno de dibujos, fotografía y folios escritos por completo. Me pregunto si serán letras de canciones, pero me parece algo tan privado que me obligo a retirar la mirada.
Todas las paredes están llenas de pósteres, sobre todo de All Time Low, su grupo de música favorito. En una esquina de su habitación está su teclado eléctrico. Cuando lo veo, noto un escalofrío que me recorre todo el cuerpo.
-¿Te importa que abra la ventana? - pregunta, y antes de que me dé tiempo responder, ya la ha abierto de par en par.
Pasamos las siguientes tres horas buscando información y fotografías sobre el barroco en su portátil y haciendo anotaciones. Apenas hablamos, sólo para comentar o preguntar sobre algún tipo de información dudosa. Al otro lado de la ventana se escucha el sonido de los niños jugando en la calle. Lo único que nos interrumpe es el sonido de una guitarra. En cuanto la escucha, Rydel deja de escribir sin levantar la cabeza. Entonces el sonido de la guitarra es acompañado por una voz, y la chica rubia que hay sentada a mi lado salta de la silla y camina hacia la puerta.
-Espera aquí – dice antes de salir por la puerta, dejándome sola.
El sonido de la guitarra eléctrica continúa sonando con fuerza y yo me quedo petrificada al escuchar sus voces. Es Forget About You, sin ninguna duda, una de sus canciones más famosas. Primero el solo de Riker, luego el de Ross y entonces llega el estribillo. Escucho con atencón, disfruando de cada verso. La canción continúa.

So right, super tight
Can't recall anything las night
But we woke up with a smile in the morning”

Entonces se oye un grito de rabia, la canción se detiene por un segundo y enseguida se escucha la voz de Ross, cantando mas rápido de lo normal.

Baby I think I've lost my mind
Feels like it crashed into my life
I keep on losing track of time
I'm so mess up, yeah
I'm so...”

Y la música se corta. El silencio es seguido de gritos de protesta, pero la conversación es imposible de entender. Las voces se trasladan al interior de la casa y oigo como varios de pares de pies suben las escaleras. Rydel entra en la habitación y cierra la puerta de un portazo.
-Lo siento – dice mientras camina a la silla para sentarse, pero antes de poder hacerlo se escuchan unos suaves golpes en la puerta.
Rydel se detiene y resopla. Después mira a la puerta y a la silla consecutivamente, valorando qué debe hacer. Al final opta por la puerta y la abre con cuidado.
-¿Qué? - pregunta a la persona que hay frente a ella y a quien no alcanzo a ver.
-Te prometo que no he tenido nada que ver. - contesta la otra persona con rapidez. No me hace falta verlo para saber que esa voz pertenece a Ellington. He visto cientos de entrevistas de ellos para reconocer las voces de todos y cada uno de ellos.
-Lo sé – Rydel fuerza una sonrisa amable – Ha sido idea de Ross y Rocky, ¿verdad?
Ellington ríe al otro lado de la puerta.
-Conoces bien a tus hermanos.
-Por cierto, ¿dónde están? - pregunta Rydel.
-Ross en su cuarto, Rocky se ha ido a dar una vuelta y Riker está en el salón. Están bastante mosqueados.
-Mejor. Así nos dejan trabajar en paz. Quiero quitarme este trabajo cuanto antes. - al escuchar esto siento una creciente incomodidad.
-Nos vemos mañana, ¿vale?
-Hasta mañana.
Rydel vuelve a cerrar la puerta despacio y vuelve a sentarse en la silla que hay junto a mí. Volvemos a estar en silencio hasta que me veo en la obligación de romperlo.
-Rydel, ¿te importa que vaya al servicio?
-Tercera puerta a la derecha. Llama antes de entrar – responde sin levantar la mirada.
Salgo de la habitación y camino en silencio y con cuidado por el pasillo. Pero entonces vuelvo a escuchar su voz. Vuelvo a sentir un escalofrío y los pelos se me ponen de punta.

“I heard you're heading east
So let's just make our peace
So when you think of me
You'll smile and I'll smile

So wait up, wait up
Give me one more chance
To make up, make up
I just need one last dance

So wait up, wait up
Give me one more chance
Just one song, then I'll move on
Give me one last dance

I just need one last dance...
...with you”

Los acordes de la guitarra dejan de sonar y vuelve a hacerse el silencio en la casa. Me quedo petrificada, incapaz de moverme, en mitad del pasillo. Cuando parpadeo, dos lágrimas caen por mis mejillas y me obligo a secármelas rápidamente.
Entonces se abre la puerta y un chico rubio y alto sale de la habitación de la que provenía la música, se queda mirándome fijamente a los ojos, aún llorosos. Es un momento demasiado extraño y el silencio sólo se rompe cuando el chico me mira de arriba a abajo y pregunta:

-Tú eres la chica de la maleta pesada.