martes, 31 de diciembre de 2013

Capítulo 2

ANA
Salgo de la clase de deporte y corro hacia el servicio. Me escondo en la primera cabina y cierro la puerta para apoyarme en ella. Después dejo que las lágrimas corran por mis mejillas silenciosamente.
Esto es horrible. Cuando acepté la beca no me esperaba esto. Lo primero es el idioma. Me encanta el inglés, se me da bien... Pero de ahí a hablar o a entender todo lo que dicen es prácticamente imposible. Por no hablar de la ausencia. Echo muchísimo de menos a Estefi y aquí no hay nadie que pueda ocupar su lugar. Soy la rara, la extranjera, la solitaria chica española sin amigos. Y sólo llevo aquí tres meses, esperando adaptarme.
Con este último pensamiento salgo del baño y camino hacia la clase de historia del arte justo cuando suena la sirena.
Acabo corriendo por los pasillos y, al girar una esquina, me choco contra alguien. Doy un traspié y caigo de culo por culpa del peso de la maleta. Frente a mí hay un chico con unos preciosos ojos marrones. La respiración se me corta al reconocerlo.
-¿Estás bien? - Pregunta, tendiéndome una mano para ayudarme a ponerme en pie.
La acepto temblorosa porque seguro que soy incapaz de ponerme en pie por mí misma.
-Esa maleta parece pesar, ¿eh?
-S- Sí - tartamudeo - Bastante.
Él sonríe y yo le devuelvo la sonrisa.
-En fin, creo que deberías ir a clase.
-Sí. Gracias. - Digo antes de correr de nuevo por el pasillo.
Llego al aula y entro sin respiración. Toda la clase se queda mirándome, incluida la profesora: una mujer que andará cerca de los treinta años, de piel oscura y cara simpática.
-Ana, ¿no? Llegas algo tarde - anuncia sin dejar de sonreír.
-Sí. Me he perdido otra vez.
Es la escusa que más he usado estas dos semanas y, para mi desgracia, esta es la primera vez que es falsa.
-Está bien, siéntate. Estaba diciéndole a tus compañeros que he decidido evaluaros de la siguiente forma. El cincuenta por ciento de la nota del semestre se evaluará con un trabajo que haréis por parejas - ante mi cara de horror la profesora amplía más la sonrisa para tranquilizarme. - Las parejas las he elegido yo, no te preocupes. Tienes la lista en el panel de corcho y podrás verlo al final de la clase.
La hora transcurre lentamente. La profesora me pregunta cada dos por tres si me he enterado, algo que le agradezco porque lo mío no es la historia, ni el arte. Me preguntaría por qué decidí dejar mis estudios de ciencias y venir aquí a estudiar teatro, pero conozco la respuesta demasiado bien: Josh Hutcherson.
La hora termina y todo el mundo se levanta para mirar las listas. Entre tanta gente me siento pequeña, pero consigo llegar a la lista sin sufrir daños.
Busco un nombre español entre todos los nombres que me resultan extraños y finalmente lo encuentro.
Mi compañera es Rydel Lynch.


ROSS
-¿Dónde está Rydel? - Pregunta Ellington.
-¿Queréis que vaya a buscarla? - Se ofrece Rocky.
-¿Qué tienes tú con la clase de Rydel? - Pregunto.
-Echo de menos a Riker. Era el más normal de todos vosotros.
Rocky y yo nos miramos y empezamos a reírnos.
-¿Riker normal? - Pregunto sin dejar de reír.
-Sí. Hasta este punto he llegado - afirma nuestro amigo, resignado. - Me voy a casa. Nos vemos esta tarde chicos.
Ellington se marcha y, como nuestra hermana no aparece, Rocky y yo decidimos volver al edificio para buscarla.
-¡Allí está! - Exclama Rocky.
Miro hacia la dirección en la que señala y veo que mi hermana está hablando con una chica morena. Como está de espaldas no sé quién es, aunque por la cara de placer de mi hermano, parece ser que él sí la reconoce.
-¿Quién es? - Pregunto.
-Ni idea.
-¿Y por qué la miras así?
-Yo no la miro de ninguna forma – contesta, con una gran sonrisa pícara en la cara.
-No que va. - comento con sarcasmo - ¿La acompañaste al final a su siguiente clase? Es una chica en la que ya te has fijado, ¿no?
-Como me conoces hermanito – dice, pasando una mano por mi cabeza y despeinándome; aunque sin dejar de mirar a la chica. - ¿Y tú por qué te has ido tan temprano?
-Es asunto mío – respondo de mal humor, y cambio de tema rápidamente – Ya viene Rydel.
-¡Vamos Rydel! - exclama Rocky – Para cuando lleguemos la comida estará fría. O se la habrán comido toda y tendremos que ver como Ross quema la cocina.
Le doy un codazo a mi hermano y le fulmino con la mirada.
-¿Quién era esa? - pregunto, más por saber en quien se ha fijado mi hermano que por mi propio interés.
-Una estúpida – contesta malhumorada.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Capítulo 1

ROSS
-Este año va a ser una auténtica maravilla - canturrea Rocky, bajándose las gafas de sol para observar a las chicas que pasean por el campus. Éstas nos miran y empiezan a reírse de forma tonta.
-¿Crees que habrá suficientes para ti? - Le pregunta Rydel.
-No creo - comento - Ya se ha  fijado en más de una de su clase, y de la mía. Ha ido en un intercambio a hacerme una visita.
-¿Y hay alguna belleza en tu clase, hermanita? - Pregunta Rocky - A parte de ti, claro.
-Sí, sí. Eres un pelota. No se te ocurra aparecer por mi clase. – dice, golpeándole con el dedo índice en el pecho. – Es el primer día de clase, si te las ligas a todas no tendrás para el final. Además, estoy cansada de que siempre busques a las de mi clase.
-¿Por qué?
-Porque al final siempre es a mí a quien se quejan de que seas el chico más mujeriego al que han conocido en su vida. Así que ni se te ocurra acercarte a mi clase.
Entre mi adorable hermanita y el ligón de mi hermano no está nada claro cuál de los dos ganará esta discusión; y yo no tengo ganas de quedarme para averiguarlo.
-Chicos - los interrumpo - me voy a ir yendo a clase. Hasta luego.
Me pongo en camino hacia el edificio. Oigo a Rydel llamarme a lo lejos, pero la ignoro. Los ignoro a todos y cada uno de ellos. Este verano ha sido increíble. Hemos hecho una gira alrededor del mundo, he grabado una película y me he reencontrado con Laura. Laura, la que está saliendo ahora con un chico super musculoso que me saca dos cabezas. Laura, la primera chica de la que me enamoré, tanto fuera como dentro del estudio.
La he olvidado, sí. Pero sigo pensando y recordando todo lo que pasamos juntos y no puedo evitar sentir melancolía. Cuánto desearía revivir todos esos momentos, a pesar de saber que sólo formaron parte de un espectáculo.

ANA
No puedo creerlo. Son ellos.
Cuando crucé el Atlántico en avión, lo último que esperaba era encontrarme con ellos, con los componentes del grupo de música que he adorado desde antes de que se hicieran famosos. Pero están aquí, en la misma universidad que yo. Todos ellos. Y lo mejor de todo es que ella, Rydel, viene a mi clase. La he visto antes, en la clase de canto. Y ahora está acercándose con Rocky hacia donde estoy yo. Veo como ella le da un codazo y el empieza a reírse sin dejar de mirarme. ¿Estarán hablando de mí? No. Es imposible. Pero él me mira, y ella también. Al final, Rydel le da un golpe en la cabeza y le señala la dirección opuesta. El chico sonríe y me saluda. ¿Me saluda? Sí. Me sonríe y mueve los dedos antes de darse la vuelta. Me quedo petrificada, así que soy incapaz de devolverle el saludo. Rydel se queda sola y camina hacia mí pero, antes de llegar a mi altura, se sienta en uno de los bancos y juguetea con su móvil. ¿Esperaba que se acercara? Sería demasiado bueno como para ser cierto.

CLAUDIA
-¡Te quiero! Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero. Y te echo de menos.
Doy un sonoro beso al altavoz del teléfono y cuelgo, deseando que no tarde en ver los mensajes del contestador. Ya llevamos casi dos años saliendo juntos, pero sigue siendo extraño para mí querer tanto a alguien. Haberme pasado la mitad de mi vida lejos de mi familia me ha demostrado que el amor no es algo que dure mucho y que depende demasiado de la distancia. Aunque puede que me esté equivocando. ¿Cuándo empezó todo esto?
Recuerdo que caminaba por los pasillos de la escuela, observada por todos y cada uno de mis compañeros. Yo era "la amiga del famoso" y me envidiaban por serlo. Creían que sólo era mi amigo porque podría llevarme a la fama. Ese día había perdido el rumbo y no sabía dónde tenía clase... Cuando lo vi.
-¡Josh! ¿Qué haces aquí?
-¿No puedo venir a darte una sorpresa? - Preguntó con su deslumbrante sonrisa.
-¿Sorpresa? - Intenté no sonreír, pero era imposible.
-Sí. Hoy hace un año que llegaste aquí. ¿Por qué no hacer algo especial esta tarde?
Noto cientos de miradas clavadas en mi espalda.
-¿Para eso has venido? ¿No podrías haberme mandado un mensaje y ya está?
-Em... - Pone cara de estar pensando algo y dice - No. Además tenía que pasar por aquí de todas formas.
Intento no sonreír tontamente, pero es imposible, así que al final concluyo con un inaudible "Está bien".

¿Cuándo me había vuelto tan tímida?

domingo, 1 de diciembre de 2013

Prólogo

Cuatro años. 
¿Cómo es posible que hace cuatro años, los acontecimientos de unos meses supusieran el cambio de todo lo que creíamos seguro? Lo peor de todo es que esos cambios aún nos afectan a nuestra vida diaria. ¿Por qué? Jamás tendremos respuesta para ello.
El chico que tengo frente a mí inca una rodilla en el suelo y levanta la mirada. 
Tiene unos ojos preciosos. Fueron lo primero de lo que me enamoré de su persona. Esos profundos y precioso ojos. 
-¿Quieres casarte conmigo?
¿Cómo es posible que esos ojos sigan reflejando la inocencia y la niñez después de todo lo que hemos vivido juntos? 
-Sí.
¿Cambiarán en algún momento después de todo lo que nos queda por vivir?