domingo, 1 de diciembre de 2013

Prólogo

Cuatro años. 
¿Cómo es posible que hace cuatro años, los acontecimientos de unos meses supusieran el cambio de todo lo que creíamos seguro? Lo peor de todo es que esos cambios aún nos afectan a nuestra vida diaria. ¿Por qué? Jamás tendremos respuesta para ello.
El chico que tengo frente a mí inca una rodilla en el suelo y levanta la mirada. 
Tiene unos ojos preciosos. Fueron lo primero de lo que me enamoré de su persona. Esos profundos y precioso ojos. 
-¿Quieres casarte conmigo?
¿Cómo es posible que esos ojos sigan reflejando la inocencia y la niñez después de todo lo que hemos vivido juntos? 
-Sí.
¿Cambiarán en algún momento después de todo lo que nos queda por vivir?

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