sábado, 16 de mayo de 2015

Capítulo 12

ROSS

-¿Qué has hecho qué? - abro la boca para contestarle a la histérica de mi hermana, pero mi hermano Rocky responde por mí.
-Ha intervenido.
-¿Y qué ha hecho ella luego?
Esta vez ni me molesto en abrir la boca para contestar.
-Le ha dicho que no hacía falta que interviniese.
-La mato - tampoco me molesto en intentar detenerla, ya lo hace Ellington.
-Eras tú la que se quejaba de la remota posibilidad de que a esa chica sólo le interesáramos por quiénes somos. Después de cómo me ha tratado, no creo que debas preocuparte - comento con una falsa sonrisa, lo que hace a mi hermana detenerse.
-No sé por qué has tenido que meterte - Ellington y Rocky contemplan el espectáculo con interés.
-¿A qué viene esto? - abro los brazos, refiriéndome a una realidad invisible - No tiene sentido, Rydel. ¿Acaso no podemos hablar ahora con nadie?
-¡Con ella no! Te lo dije, Ross. ¿Por qué nunca me haces caso?
-Dijiste que ibas a darle una oportunidad.
-Puede que haya cambiado de opinión. - clava su dura mirada en mí, expectante.
-¿Sabes qué? Haz lo que quieras con tu vida y yo haré lo que quiera con la mía.
Y dicho esto me marcho. Estoy enfadado, y no solo por la ilógica conducta de Rydel. Rydel, mi sobreprotectora y frustrante hermana mayor. También por la conducta de Ana. Llego a mi siguiente clase y espero pacientemente a que llegue el profesor, ignorando al resto de alumnos.
Recuerdo cuando se chocó conmigo en el pasillo y cayó al suelo. Me reconoció. Lo vi en su cara. Y, al igual que en mi casa, donde la vi llorando, resultaba demasiado tímida. Sin embargo, hace unas horas no era así. Era decidida y agresiva. ¿Por qué es así? ¿Por qué se muestra unas veces débil y otras demasiado fuerte? ¿Por qué estoy tan empeñado en desentramar los misterios que rodean a esa chica?
¿Por qué soy incapaz de dejar de pensar en ella durante todo el día?

RYDEL

-No deberías haberte comportado así, Rydel.
-Aquí el amigo Ellington tiene razón, hermanita. No puedes sobreprotegernos tanto.
-No os sobreprotejo. Lo único que hago es protegerme a mí misma, Rocky.
No puedo controlar mi rabia, de tal forma que no hago otra cosa más que soltar lo primero que me viene a la cabeza. Ya no me importa que mi hermano Rocky sepa por qué soy así.
-No tienes por qué meterte en mi vida privada - el tono de Rocky es duro, y se marcha sin dejarme que le responda, así que sólo puedo mascullar un insulto.
-Rydel te comportas de una forma que no tiene sentido - abro la boca para contestar al único que no me ha dejado sola, pero por algún motivo, ajeno a su interrupción, decido no empezar a gritarle - Tus hermano ya son mayorcitos y aunque sus romances puedan afectarte a ti, por el hecho de ser la única chica del grupo, debes dejarles vivir su vida como quieran. Eres tú la que debe elegir vivir separada de sus vidas o arriesgarte.
Lo observo con admiración. ¿Cómo son sus palabras capaces de transmitirme la calma y tranquilidad que nadie ha podido? Me acerco a él y, sin dudarlo, lo abrazo. Al principio se queda sorprendido, pero me devuelve el abrazo enseguida.
-Y no te preocupes, ¿vale? - me dice al oído - Pase lo que pase, somos tu familia. Sabes que siempre estaremos aquí.
Pienso en Ross. Con lo cabezota que es tardará semanas en volver a dirigirme la palabra. Y ahora que Rocky sabe lo que opino sobre sus romances, no volverá a confiar en mí como antes. Riker volverá la semana que viene a los estudios de grabación de Glee. Ratliff parece ser el único que no está enfadado conmigo. ¿Cuánto tardaré en fallarle?
Espero no hacerlo nunca.
-Em... ¿Rydel? - suelto a mi amigo más violentamente de lo necesario y me doy la vuelta. En seguida siento el brazo de Ellington sosteniéndome.
-Ana – saludo a la chica que hay justo delante de mí, y coloco la mano sobre el brazo de Ellington, dándole a entender que puede soltarme, cosa que hace dubitativamente - ¿Qué quieres?
-Quería... Quería proponerte hacer el trabajo en mi residencia. Tal vez estemos más tranquilas.
Observo a la chica de arriba a abajo. ¿Esta chica tan tímida y confundida ha sido capaz de plantarle cara a mi hermano Ross? Pero si es incapaz de mirarme a los ojos siquiera.
-Está bien. ¿No vemos allí?
Asiente con la cabeza y sonríe.
-Te mandaré la dirección. ¿Nos vemos a las cuatro?
-De acuerdo – respondo con sequedad, sin dejar de cuestionarme por qué está haciendo esto. ¿Acaso no quiere estar rondando en torno a mis hermanos?
Se marcha en seguida, supongo que deseando salir cuanto antes de nuestro campo de visión.
-¿Crees que si fuera una interesada preferiría hacer el trabajo en una residencia antes que en tu casa? - me giro y observo a Rocky, que ha vuelto a unirse a nosotros. Ni que ahora pudiese leerme la mente, maldita sea.
-Lo que creo es que no soportará estar en el mismo edificio que Ross teniendo en cuenta cómo lo ha tratado antes.

ANA

Ya está. Lo he hecho. Soy la chica más estúpida del mundo, pero no quiero volver a pasarlo mal por culpa de nadie. No solo he tratado fatal a un chico maravilloso, sino que he destruido la única vía de contacto existente entre ambos.
No volveré a escucharlo tocar al otro lado de la puerta de su habitación. No volveré a su casa.
Me dejo caer en cuclillas, con la espalda pegada en la pared. Es la hora del descanso, y yo decido pasarlo escondida en el cuarto de baño, sola. Por suerte, lo he revisado antes de dejar que las lágrimas volvieran a correr por mis mejillas.
¿Cuándo acabará esto? ¿Cuándo dejaré de llorar todos los días de mi vida? ¿Cuándo conseguiré adaptarme? La palabra nunca resuena en mi cabeza, taladrándome.
No. Lo superaré. Sé que lo haré.
Me pongo en pie, decidida a ser fuerte. No vine aquí para sufrir. No. Tengo que disfrutar esta experiencia. He superado cosas mucho peores.
Y dicho esto, salgo del baño.

Si el tiempo se hubiera detenido en aquel momento en el que mis objetivos estaban tan claros en mi cabeza…

No hay comentarios:

Publicar un comentario